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domingo, 7 de febrero de 2016

Gachas del abuelo

“Nada puede causar mayor placer a los ricos de hoy, que comer como los pobres de antaño” Michel Charasse (Ex ministro de Francia)

Hay  gran parte de verdad en ello, pero tampoco se puede generalizar, porque estoy segura de que los pobres de antaño hubieran preferido comer las viandas de los ricos de la época.
Bien es cierto que las cocinas de los hogares humildes se las ingeniaban como podían para dar esa alimentación equilibrada y sabrosa para tanto trabajo físico. Y lo que sí son, sobre todo, es  contundentes.
Este es el caso que hoy nos depara. Es una receta de mi abuelo, “El Bigotes”. Conquense de nacimiento y madrileño de adopción al que un padre, que solo llevaba de eso el nombre, lo mando a vivir con las bestias al enviudar y casarse de nuevo.
Este es uno de los primeros platos que aprendió, de la mano de los amigos con los que se escapaba de esa horrible casa, los pastores. Sus ingredientes son todos de larga conservación para poder llevarlos días y días en sus alforjas. Contundente, fácil y delicioso.    
                                     

                                                     Las Gachas del abuelo

El ingrediente principal de las gachas es la harina de almorta. Esta harina ha salvado de la hambruna de la guerra en España en varias ocasiones. Ya Francisco de Goya lo plasmó en sus grabados de los “Desastres de la guerra”, narrando como palió el hambre de muchos madrileños en 1811 y de nuevo durante la guerra civil y la postguerra lo volvió a hacer. 
Un exceso de esta legumbre o como único alimento produce “latinismo”, una parálisis de las articulaciones y malformaciones en la columna, por lo que estuvo muy mal vista y prohibida durante varios años, aunque nunca se dejo realmente de vender. Hoy en día su uso es recomendado sin peligro consumiéndolo hasta una vez por semana.
No es una receta apropiada para una primera cita romántica, todo hay que decirlo, más bien para compartir con los amigos en un frío día de invierno ya que una vez las has comido lo que necesitas es una buena siesta, un buen paseo tranquilo para aligerarlo o una grúa para moverte. Bromas aparte, os va a encantar.
A mí me gusta hacerla en las brasas, que le da unos aromas ahumados deliciosos. Pero mi abuelo nos las hizo siempre a gas ¡y sabían a gloria!  



 Ingredientes para 4 personas:



-200 gr. de harina de almorta 
 -3 latas de sardinas  en aceite de oliva 
 -100 ml de aceite de oliva
 -1/2 cabeza de ajo laminados
 -1 cda soperas de pimentón dulce
-1-1/2cdta de sal
-750ml de agua







Preparación:

Comenzaremos poniendo el aceite a calentar y echamos los ajos.


Cuando empiezan a dorarse se agrega el pimentón...

e inmediatamente la harina, para que no se queme y amargue. 

Se remueve hasta que la harina se integre bien con todos los sabores. Una vez llegados a este punto se le va incorporando el agua fría hasta crear una textura tipo bechamel de  la que salen como pompas volcánicas.

Ese es el momento en el que está en su punto y ya solo queda agregar las sardinas, removiendo con cuidado para que se rompan lo menos  posible. 

Y... A mojar.

Observaciones: 
Esta receta se come con pan, pan de hogaza a ser posible. Si no tenéis, tiraros el rollo y dejadlos con la boca abierta, ya tenéis una de las recetas más fáciles de pan que existe.


Como ya os he comentado, yo personalmente las hago en la chimenea de la cocina, que está hecha con la piedra de un antiguo lagar gallego al que he añadido una parrilla. 


Cómo no, muy…RECOUPAGE.

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