domingo, 30 de octubre de 2016

Sri Lanka I




El antiguo Ceylan es un destino maravilloso para visitar. Lugar de gente amistosa, que hacen de esta experiencia, algo inolvidable. 

Las playas son preciosas, con un color amarillo mostaza en su arena que le da un policromado muy particular, aunque toda la belleza que le aporta al paisaje se lo resta al color del agua, con un tono “barrillo” que llama poco al baño. Además, el constante oleaje y su finísima arena no es muy recomendable para los niños, al provocar otitis por colarse la arena en sus oídos.


Así que disfrutamos del agua de la piscina del hotel durante todo el día y de su playa al atardecer,




donde solíamos  disfrutar de la puesta de sol en el mar.


Era maravilloso ver a nuestro hijo integrándose y disfrutando con los niños del lugar, correteando y jugando por la orilla.


Fue así como conocimos a Rashmi,


una de las mujeres más bellas que jamás he conocido y tiernamente inconsciente de su belleza.


Aunque tengo fotos de ella, no muestran ni un 10% de su belleza. ¿Os acordáis de los ojos de la afgana que fue portada en el National Geographic? Ahora, desgraciadamente, no está pasando su mejor momento. Pues los ojos de Rashmi eran aún más bonitos y su sonrisa deslumbraba a todo el que la miraba.


Casada con un pescador, vivían en un poblado cerca del hotel y un día nos invitaron a su casa.


Ésta no medía más de 15 metros cuadrados. Era austera, pero impactantemente ordenada y hasta el suelo, de arena, estaba perfectamente barrido y limpio.

Dentro de su humildad nos sentimos agasajados con la hospitalidad de  Rashmi y su familia. Nos ofrecieron un delicioso té, ¿qué otra cosa si no? Estábamos en la cuna del té. Su marido trepó a la palmera para ofrecer a nuestro enano un zumo de coco y al platanero para cortar un racimo de platanitos deliciosos típicos de allí.


Fue una tarde enriquecedora, en la que nos sentimos honrados por su hospitalidad y disfrutamos de grandes seres humanos que con tan poco eran felices. 

Sri Lanka es un país lleno de matices, que fuimos descubriendo a lo largo de los días que pasamos allí.

Todas sus mujeres van vestidas con el “Sari”, tan elegante y femenino.


El contrapunto fue  encontrarnos con un señor gordo, sudado, con barbas, que cruzaba la piscina mientras el resto de huéspedes nos encontrábamos en las tumbonas. Nada de esto  hubiera erizado nuestra piel, si éste no hubiera sido seguido por una mujer tapada con un “Burka” negro a 35ºC a la sombra y un nivel de humedad del 80%. Nos quedamos todos perplejos, todavía se veían pocos burkas en occidente y esto creó una tensión bastante desagradable. Te sientes fatal por la lucha interna entre tu opinión sobre las libertades humanas y el respeto que debes mostrar ante otras culturas.
Pero gracias a Dios, algo más cruzó  el jardín y borró esa desagradable sensación, el elefante, el mamífero más bello y típico de Sri Lanka y apareció con su tamaño descomunal paseando entre los sorprendidos turistas que allí estábamos tostándonos al sol.


La cara de mi hijo era un poema y tras mi aprobación, dándole seguridad con un gesto de serenidad, le fue siguiendo con terror y fascinación hasta que desapareció. 

Sri Lanka es la cuna del elefante más grande que existe y no sería la última vez que nos encontraríamos con uno de ellos, pero esa es otra historia.

domingo, 23 de octubre de 2016

EDIMBURGO

Después de varios intentos por parte de mi molinero de ir a esta ciudad y mi negativa, al estar en unos puestos más atrás en mi lista de destinos preferidos, llegó el momento de  visitarla por razones de trabajo.


Las causas de mi negativa eran sobre todo térmicas. Nunca encontraba el momento oportuno para ubicar una visita a esta ciudad, porque siempre hace tan mal tiempo... da pereza, la verdad. Así que nuestro espíritu emprendedor fue el culpable de esta maravillosa aventura. Debíamos reunirnos con el equipo de nuestros importadores VINUMterra para visitar a nuestros clientes de PININO presentes y futuros.



Salimos de Madrid con una temperatura de 30ºC y nos dio la bienvenida esta ciudad con sus fresquitos 12ºC.


Al llegar a este lugar me quede helada y no precisamente por la temperatura, si no por la belleza que compone esta ciudad con más de 1500 años de antigüedad y considerada Patrimonio de la Humanidad.


Mi molinero me tenía reservada una sorpresa, nos hospedaríamos en el Waldorf Astoria, The Caledonian, un hotel construido a principios del siglo XX, en 1903.


Si el hotel ya era todo un regalo por si mismo,


el encontrar sus baños decorados con griferías de Lefroy Brooks, una de mis favoritas junto con Czech & Speake o verte ubicado a los pies del castillo, lo hacían aún mucho más especial.


Nos abrigamos, nos armamos con un buen paraguas y nos dirigimos a empaparnos de esta ciudad, nunca mejor dicho.


La visita al castillo es imprescindible, aunque solo sea para disfrutar de la exposición de las joyas de la corona escocesa o simplemente de sus maravillosas vistas. Es el lugar más visitado de Escocia.


Pero no debes quedarte ahí, al salir de la fortaleza su calle principal está llena de negocios ofreciendo todo tipo de formas para utilizar sus lanas, bufandas, echarles, capas, chaquetas de cachemir, merino...


Una vez te alejas de la fortaleza y su ambiente de parque temático, lo más atractivo es dedicarte a pasear por sus calles.


Cruzando el North Bridges puedes disfrutar de un plano general de su Old Town, mientras recorres su Princes Street donde se encuentra su zona comercial.




Edimburgo está ubicado en un valle rodeado de siete colinas, no encuentras una zona fea o menos atractiva con sus miles de chimeneas


y su atmósfera de los clásicos de la BBC y cuando crees que ya lo has visto todo y no hay nada que te vaya a sorprender, vuelves a encontrarte con una nueva calle donde su final está compuesto por otro cuadro lleno de una frondosa vegetación y alguna escultura o edificio maravilloso.





El tono grisáceo que tienen sus fachadas es producido por un barniz protector debido a la capilaridad de su piedra.


Otro dato curioso es el gran numero de ventanas tapiadas que te encuentras por toda la ciudad, la causa fue que hubo un tiempo en el que se pagaban impuestos en relación al número de ventanas que tuviera tu propiedad.


Se acercaba el momento de trabajar un poco y empezamos con un futuro cliente, propietario de un restaurante de pescado  Kilted Lobster, que estaba a punto de abrir otro de carnes a la brasa.


Después visitamos a nuestros clientes ya habituales como Ristorante ITALIA, en el que estaban realizándole un mural de lo más logrado




o el encantador ANFORA, un wine bar con un acogedor restaurante, que está ubicado en un antiguo almacén de barricas de whisky,  en los bajos del club de whisky más antiguo de la ciudad.


También visitamos Léscargot blanc, un encantador wine bar restaurante propiedad de un joven emprendedor francés que ha hecho de este local un espacio RECOUPAGE lleno de encanto.




Por último nos dirigimos a nuestra última visita y no por ello menos importante. Se trataba ni más ni menos que de WEDGWOOD,



un acogedor restaurante propiedad de Paul y Lisa Wedgwood con una estrella Michelin, que todavía no eran nuestros clientes y que tenemos el placer de que lo sean hoy en día.

El día había sido largo, nos escapamos a cenar y aunque la oferta era bastante amplia y variada, nos dirigimos a uno especializado en mejillones que nos habían recomendado MUSSEL INN SEAFOOD restaurant y por lo lleno que estaba debía ser bueno.


Eran las 23.30 de la noche cuando volvíamos al hotel, todavía de día. Caímos en la cama como piedras, después de una jornada trepidante. Al poco tiempo me desperté y vi que estaba amaneciendo, miré el reloj y vi que solo eran las 3.30 de la mañana, ¡Qué horitas para amanecer! Estábamos en los días mas largos del año.


Este viaje resultó una auténtica sorpresa, estoy deseando volver y adentrarme mucho más en esta ciudad y ampliar mi territorio a toda esta fascinante Escocia.


A la mañana siguiente nos despedimos de nuestro Waldorf y su variopinta clientela. Nos dirigimos al aeropuerto rumbo a Londres donde seguiríamos con nuestra aventura, pero esa ya es otra historia.